Mañana te llamo Concha.




Esa era la frase de despedida cuando terminaba el día y la última que le dije a mi gran amiga CONCHA RODRIGUEZ OÑORO.

En este espacio quiero darle mi despedida particular, una despedida que se me hace dura e incomprensible a la vez. No se por donde empezar los recuerdos que tengo de Concha se me agolpan y no se alinean para poderlos transcribir, pero empezare por lo último que fue la creación de este blog de cocina entre ella y yo.

Una tarde de Febrero tomando un cafetito ( yo caliente ella fresquito), comenzamos a hablar de cocina como casi siempre y decidimos hacer este blog, para mi la parte culinaria y ella en la técnica ya que tenia un dominio de las nuevas tecnologías mucho mejor que el mio.

Nos reuníamos los sábados en la Vera cruz donde ella tenia un piso con una magnifica cocina,después de una semana de plantear el trabajo a realizar, vamos estábamos toda la semana enreadas. Elaborábamos  las recetas entre muchas risas, canciones a dúo, y algún que otro !que se quemaaaa¡.

Tardes que no olvidare en mi vida como no olvidare los años que hemos estado juntas, como no olvidare los gestos de cabreo, como no olvidare su risa, sus silbidos cuando nos encontrábamos etc.. Toda una vida de amistad, ya no puedo seguir escribiendo esta es mi humilde despedida a mi gran amiga concha.

Y COMO NO, MAÑANA TE LLAMO CONCHA.





ESTAMOS BIEN, COMADRE. 

Y empiezo diciéndote esto porque sé que estarás intranquila, pensando cómo andan todos, de puro imprevisto que fue todo, que tenemos que hablar de muchas cosas, Concha. Qué buenos ratos, comadre, que pasamos en ese piso, desde que empezamos en noviembre esta aventurilla, justo en la época en la que la lluvia, cuando cae, ya no huele a tierra mojada y el sol, cada tarde, se da prisa por irse a dormir. Qué risas entre fogones, cuánta complicidad entre cacharros humeantes y utensilios de cocina por recoger. 

Cúantas palabras y cuántas imágenes que tengo presentes a cada momento, aún hoy, en este día que te escribo para decirte que todos están bien, que no te preocupes, que no nos hemos despedido porque volveremos a vernos para reír de la misma forma, con más ganas, si cabe, de las cosas de este mundo que ni tú ni yo comprendíamos y nos hubiese gustado cambiar.

Qué bien que a ti se te diera tan bien eso de los ordenadores, porque a veces me lío con la dichosa maquinita y no doy con la tecla, comadre. Que ya te lo decía yo el día de San Marcos, entre uvita y copichuela, yo me sigo encargando de los fogones y tú, a poner blanco sobre negro las delicias que hacíamos en el piso de la Veracruz. 

Y no te preocupes, Concha, que esto va a continuar para adelante, ya me echarán una mano si me atasco con las recetas o con cualquier cosa del blog, que ya la gente me ha dicho que no me ha de faltar ayuda si me apetece, como tú y yo queríamos, continuar al rescate de las recetas de nuestras familias y de nuestro pueblo. ¿No te suena bonito?

Es curioso que cuando alguien se va, su voz se queda contigo como si fuera a aparecer detrás de una puerta, al doblar una esquina, cuando te asomas a la ventana de casa o cuando vas por la calle, despistada, pensando en la cosa más insignificante que imaginar puedas. Hoy me ha pasado, de improviso, haciendo lo más simple del mundo. Me he acordado de ti cuando he salido al patio a fumar un cigarrito, justo cuando lo echaba para no pensar en nada.

Y eso es lo que me ocurre exactamente, que pienso que te oigo y que me hablas cuando mido la cantidad de aceite para la siguiente receta, que nos reímos cuando elijo la sartén apropiada, cuando despejo la encimera de cacharros, y que escucho tu voz y me comentas algo de tu familia con el mismo amor y naturalidad que lo hacías hace tres semanas. Qué extraño que cada vez que uno abre un cajón, o pliega un periódico, o cierra una puerta, le puedan venir recuerdos sin poderlo evitar. Que no se le pueden poner puertas al corazón, comadre, que los buenos recuerdos se cuelan por las rendijas más estrechas y acampan en tu memoria sin pedir permiso.

Pues eso: que estés tranquila, que seguiremos por donde íbamos. Mira que ya nos siguen hasta en el extranjero, en los Estados Unidos, que nos hemos hecho internacionales. Entre risas, confidencias y pensamientos te tendré al día, contándote todo lo que quieras saber de Joaquín el chico, de Conchi, de Puri y de Joaquín el grande. Mañana te llamo, Concha, que ya lo decía Miguel:

A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañera del alma, comadre, compañera.



29 DE SEPTIEMBRE DEL 2011


Hemos llegado a las 10.000 visitas. Te hecho de menos concha. Voy a tomarme un café a la sede, como siempre pensare que en cualquier momento entraras por la puerta, tus manos en los bolsillos, tu gafas de sol, y si estas de buen humor tarareando alguna canción de Mocedades. UN GRAN BESO. TE QUEREMOS.


MIÉRCOLES SANTO, 2012



Como te echamos de menos, las risas eran forzadas, las cervecitas no tenían ese puntito picarón que solían tener cuando los juntábamos en el Eugenio, se pasa mal cuando esperas que venga alguien que además sabes que no vendrá, todas mis miradas iban calle arriba esperando verte aparecer, como si lo pasado hubiese sido un mal sueño,la frase más repetida era parece mentira, parece mentira.Bueno pero te seguimos recordando y como dice mi hijo, cada vez que nos acordamos de álguien no se ira del todo.Estas fotos son de este año.
El Humilde, y la Amargura.No son muy buenas ya sabes mi destreza con la cámara.